Juan Luis López de Silanes, jinete militar y profesor, al presidente de la Federación Española: «¡Escuche a la afición, haga el favor!»
El popular experto hípico desenredará la madeja de las nuevas titulaciones ecuestres en la I Jornada de Escuelas y Clubes Hípicos incluida en la Gran Semana del Angloárabe, del 20 al 23 en los jardines del Parque del Alamillo, en Sevilla
Presentamos a Juan Luis López de Silanes, profesor de equitación y experto en tecnificación ecuestre adquirida bajo la estricta rigidez de la escuela militar de equitación, en Madrid, academia previa a la normativa que permitió formar monitores hípicos en centros y clubes privados en todas las autonomías. Su promoción no tuvo que tirarse a caballo por el Cortado de La Zarzuela pero lo hubiera hecho de haberlo ordenado el superior. De hecho, hasta lo habría preferido.
En las pistas de la carretera de Extremadura se domaban potros de todo pelaje y origen. Bastante buenos la mayoría. Lo más habitual era caer al suelo en el proceso de adiestramiento, sobre todo, los días que la juventud equina reinciaba la rutina después de pasar las jornadas festivas recogidos en el establo. Silanes cayó varias veces seguidas en una mañana de lunes del potro llamado, paradójicamente, Cariñoso. Las caídas le costaron caras, pues el porrazo se pagaba a los compañeros de academia a 20 duros y una botella de vino. «Perdone, pero yo no me caía. Aquellos potros tiraban a los alumnos. Los había que conocían el árbol donde tenían que deshacerse de ti; otros se desbocaban en cuanto soltabas las riendas para ponerte los guantes… Algunos estaban completamente locos por la calidad disponible en la cría de la época, lo cual, afortunadamente, ya no pasa. Ahora se elige al padre y a la madre y nuestro vínculo con el caballo ha mejorado».
El melillense residente en Córdoba es uno de los profesores militares activos con más seguidores en las redes sociales y las pistas de salto de obstáculos. Es un líder con voz alta y meridiana que exige obediencia a los alumnos, un valor nada castrense, dice. «La práctica de la equitación necesita disciplina porque el riesgo de caerte del caballo se multiplica a medida que aumenta la indisciplina».
Este viernes, el comandante presentará un análisis sobre la formación ecuestre en España en el marco de la Gran Semana del Angloárabe que está organizando la Asociación de Criadores de Caballos Angloárabes en los jardines del Parque del Alamillo de Sevilla con pruebas de doma, salto y cross, cursos de doma natural con el desbravador global Chico Ramírez, conferencias, paseos en ponis y visitas nocturnas al centro de la capital andaluza.
Entre las conclusiones que expondrá ha destacado las consecuencias que la hípica también ha sufrido por la escasa vigilancia en los cursos de formación de tecnificación ecuestre que se comenzaron a impartir a partir de los años noventa en clubes y escuelas privadas homologadas: exceso de monitores, defecto de calidad técnica y dispersión administrativa que impide apuntalar la estructura de la industria ecuetre, que se debe construir de forma conjunta con los diferentes actores hípicos, entre ellos, la Real Federación Hípica Española.
¿Le recibe a usted el presidente de la Real Federación Hípica Española, Javier Revuelta? Hay jinetes, asociaciones y medios de comunicación como esta revista que han solicitado una audiencia pero siempre hay negativas por respuestas. No parece fácil avanzar bajo las directrices que usted indica. Es una persona bastante inaccesible, es verdad, debería estar más cerca de los aficionados y la base del deporte, que es al fin y al cabo la que hace que él esté ahí. Antes de la existencia de la Asociación Española de Criadores de Caballos Angloárabes (Aeccaá) no había sector y han logrado meter caballos nacionales de esta raza en el equipo de concurso completo para representar a España en las pruebas internacionales de primer nivel. Tienen proyectos para mejorar el sector. Y las relaciones están paralizadas. ¡Escuche a la afición, haga el favor! Ahora los ganaderos están en otros asuntos, prefieren centrarse en los intereses de la Asociación. Si no les recibe a ellos, ¿cómo me va a recibir a mi? ¿Para qué? Tampoco tengo nada que hablar con él. La hípica necesita popularizarse mucho más en España y para eso la comunicación con la Federación debería ser más fácil.
Déjeme que le haga a usted algunas de las preguntas que tenía dirigidas a Revuelta. ¿Por qué es ahora más cara la licencia deportiva nacional, la que cualquier jinete o caballo debe solicitar para participar en competiciones nacionales? En cada licencia se pagan tres conceptos: seguro médico, cuota a las federaciones territoriales y cuota a la Real Federación Hípica Española. Ha subido este último tramo. Y lo ha hecho unilateralmente. No se le puede decir a un niño de doce años, o a sus padres, que pague tanto por la licencia porque tampoco existe un gran servicio al federado y, al final, la sensación que uno tiene es que la Federación es un sacaperras. Yo ya no compito, ya no estoy federado y no tengo ningún interés en serlo.
Los aficionados al caballo se han escandalizado después de conocerse los sueldos de algunos técnicos federativos, con honorarios que rozan los 90 mil euros, y hay deportistas decepcionados porque las ayudas que reciben para competir no les permiten elegir otra cama que la del camión que transporta a los caballos al concurso. ¿cree que la Federación debería ser más transparente, comunicativa y equitativa? Tiene que ser mucho más transparente. Es una situación enrevesada: el jinete no protesta para que lo sigan convocando en los equipos nacionales, así que termina siendo el propietario del caballo el que afronta los gastos del jinete. Hay mucho mamoneo en algunas federaciones deportivas nacionales. Los federados son los que podrían revertir esta situación pero los procedimientos federativos son muy complicados. La asamblea general es la soberana y cuando se presenta un candidato a la presidencia siempre es afín a un grupo asambleario: deportistas, clubes, técnicos, jueces… A su vez, estos se eligen en función de la afinidad que tienen con el candidato.
¿Puede una persona independiente del mundo del caballo llegar a presidir la RFHE? Sería un milagro. La presidencia de la Federación Hípica no se gana, la pierde el que está presidiendo. El candidato puede prometer hasta quedarse sin saliba.
¿Usted cree que Javier Revuelta será el próximo presidente federativo? Va a ser difícil que no lo sea aunque tiene que estar desgastado por los escándalos que se han difundido de forma exponencial a través de las redes sociales.

Hablemos de su oficio, ¿qué debe reunir un buen profesor de equitación, además de arrojo para saltar el Cortado de La Zarzuela? Los recursos didácticos son esenciales en las clases de equitación. Hay que saber explicar de forma distinta los ejercicios y las ayudas para llegar a ellos hasta que el alumno entienda lo que se le pide. Porque sobre el caballo todo tiene una explicación. Además, el profesor debe saber manejar la psicología del caballo y el alumno y tener autoridad porque es muy importante devolver a los niños enteros, que no se lesionen en las caídas. Saber lo que se le pide a cada alumno y lo que se exige.
En su próxima conferencia I Jornada de Escuelas y Clubes Hípicos va a desenredar la madeja de nuevas titulaciones y aclarará el futuro de la tecnificación del sector hípico en España, un epígrafe bajo el que se han titulado cientos de técnicos deportivos en equitación en los últimos años que no han encontrado salida laboral, a pesar del coste económico de los cursos (al menos, mil euros, sin contar con gastos de desplazamiento). Resumido así parece más un negocio para los clubes que una necesidad de mercado, ¿qué opina usted? Antes de nada, tengo que decirle que en las últimas décadas hemos pasado de la nada a tener un nivel muy alto en la formación de los técnicos de equitación. Piense que la hípica estaba poco tecnificada en nuestro país y la mayoría de los profesionales del caballo eran aficionados sin titulación. En todo este tiempo, otros deportes que no eran nada han conseguido organizarse, crear escuela de entrenadores, homologar sus titulaciones e incluso federarse. Desde 2010, el deporte ecuestre cuenta con un marco legal que reconoce la existencia de entes públicos y privados donde se imparte la formación ecuestre. Y es aquí cuando interviene el componente lucrativo de los centros ecuestres privados, que han tendido a la formación fácil.
Puedo asegurar que en el examen específico de Técnico Deportivo en Equitación (nivel 1) que superé en la provincia de Cádiz coincidí con alumnos que no había visto durante los ocho meses que duró el curso. Eran gallegos. Algunos tenían escasos conocimientos ecuestres y la mayoría solo dominaba una modalidad ecuestre: doma o salto. Supongo que mi curso fue la excepción. No lo crea. Han sido, en general, un coladero de titulaciones, por eso desde mi sector hemos pedido más control sobre los procesos formativos. La Junta de Andalucía designa un técnico supervisor del procedimiento que garantiza que el aspirante sea correctamente examinado pero, al final, es el tribunal ecuestre el que decide el acceso del alumno.
Lo que describe se parece a los desafortunados acontecimientos académicos de la Universidad Rey Juan Carlos, lo cual es injusto para el alumno que aspira a cualificarse por sus méritos. Usted sabe que el nivel de equitación de un jinete es directamente proporcional a las horas de trabajo y a la calidad de los entrenadores. Eso pasará con algunas titulaciones ecuestres pero, al final, el mercado es el soberano y el que selecciona a los profesionales de cada sector. Tal y como están planteados en la actualidad los cursos para profesores de equitación, donde el alumno puede elegir una de las disciplinas olímpicas para la prueba de acceso, los jinetes que parten con ventaja son los de salto y concurso completo, pues necesitan conocimientos de doma para enseñar a los caballos a saltar. Se debería hacer un examen oral a los aspirantes sobre las otras disciplinas y los conocimientos deben ser profundos.
¿Es tan difícil construir una industria ecuestre? Los franceses y los portugueses lo han conseguido con una historia ecuestre parecida… Hay un proyecto de principios de los años ochenta iniciado por Enrique Martínez Vallejo, un veterano con conocimientos ecuestres muy profundos, que habla de una escuela nacional de equitación y, en mi opinión, el sitio ideal y el momento adecuado era Jerez. Ha habido otros estudios posteriores que también señalan a Jerez porque, lo cierto, es que lo reúne todo: un complejo deportivo municipal para el salto, Chapín, la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre para formar en doma clásica y el centro militar de Garrapilos para el concurso completo, que se adaptó para ello en los Juegos Ecuestres Mundiales. Incluso, el Ministerio de Defensa podría aportar potros de Yeguada Militar.
Pero no existe tal escuela nacional y no será por falta de invesrión ecuestre en la ciudad señalada… Hemos atravesado un momento muy malo en el que ninguna administración ha querido intervenir en materia ecuestre. Afortunadamente, en Andalucía se va a la cabeza en materia legislativa, que es un primer paso para estructurar algo. También es verdad que no hay estudios económicos actualizados sobre el impacto del sector en la economía nacional porque, en gran medida, la actividad ecuestre se mueve en B. Sin embargo, es fácilmente apreciable el interés que se genera alrededor de los caballos, como el turístico, por ejemplo.
Hola buenas
Me gustaria saber si es obligatorio o no estar federado,aunque no compita, para clases y paseos