El lotero Diego Terry Osborne repartió 80 millones y hace un monumento a su calva
Ahora el cliente puede frotar el boleto en la escultura de bronce del Calvo de Oro, en Vistahermosa, El Puerto
Los 14,5 millones de euros del boleto premiado en la Primitiva en junio de 2017 y los 65 millones de euros de la combinación ganadora del Euromillones de octubre del mismo año no han dejado rastro en la administración de lotería. No es cierto. «El del premio grande mandó unas cestas de Navidad para todos los empleados pero no sabemos quién es. Del primero no se supo nada», recuerda Diego Terry Osborne, propietario del negocio situado en el centro comercial de la urbanización Vistahermosa, en El Puerto de Santa María, Cádiz.
En el mostrador del local existen diferentes juegos para apostar dinero: quiniela hípica, quiniela de fútbol bonoloto o lotería primitiva. Entre la ventanilla y los boletos hay una reproducción en tamaño real de la cabeza del lotero portuense. De bronce, obra de su tío Rafael Terry, que no trabaja el bronce. El Diego estático sonríe y brilla. Es la huella que dejó la suerte. «Mis colegas empezaron a venir y a pasarme el boleto por la calva después de repartir el segundo premio. Antes de esto me tenían más respeto. Me llamaron el Calvo de Oro y me encargaron la escultura. Me pareció una buenísima idea», explica el Diego Terry de verdad.
El cliente ahora puede apostar con más ilusión. Algunos usuarios no han variado su comportamiento y pasan del Diego inerte. Otros pasan el boleto: «¿Te imaginas que me toca el de hoy, que están aquí las cámaras?», le pregunta retóricamente una vecina de la urbanización. La suerte está echada. Frotada y grabada.