10 refranes sorprendentes sobre caballos y mujeres
La cultura popular recoge refranes sobre caballos y mujeres como este: «Ni cabalgues en potro ni prestes tu mujer a otro»
«Gallo, caballo y mujer, por su raza has de escoger». La expresión la admite la Academia Mexicana de la Lengua, tiene origen ranchero y aconseja sobre la manera adecuada de elegir a tres seres inconexos. No es el único refrán mexicano que los coteja. También se usa este otro: «Caballo que llene las piernas, gallo que llene las manos y mujer que llene los brazos”. El uso del ave en primer lugar no está relacionado con la escala de prioridades en la vida del hombre sino con la sinfonía poética.
Así es que para rima, el que se arrima: «El caballo y la mujer, a nadie has de ofrecer», se insiste. Son muchos, efectivamente, los refranes que no sólo relacionan a la mujer con el caballo sino que ambos obedecen a reglas muy estrictas: «El caballo y la mujer, donde se puedan ver”. En la consonante, el que sigue aquí delante: «El caballo y la mujer, de pecho y de anca se han de escoger”.
«A las mujeres bonitas y a los caballos buenos los echan a perder los pendejos» es otra frase popular mexicana que supone que una mujer -solo las bellas, en este caso- y un caballo bueno requieren un trato especial. Natural. «La yegua debe tener barriga de doncella, pechos de casada y ancas de viuda», decimos con maña por España, que comparando en consonantes sorprendemos a Cervantes : «Ni cabalgues en potro ni prestes tu mujer a otro».
Y aquí otra expresión guardada en la Academia de la Lengua sobre enamorar que no está mal para terminar: «Si fueres a San Javier pasando por San Pioquinto, no enamores mujer casada ni montes caballo pinto», aunque para anormal, otra muy animal: «Perro, caballo y mujer, tener bueno o no tener».
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