Tres andaluces grabarán las expediciones científicas al Ártico y la Antártida
Rodarán la búsqueda del emplazamiento de la futura base española en el Polo Norte y el rastreo de los restos del San Telmo, el navío español perdido en Cabo de Hornos en 1819
Un grupo de investigadores españoles partirá en los próximos días de septiembre al Círculo Polar Ártico para buscar el emplazamiento idóneo de la primera base permanente española de investigación científica que recoja información sobre la realidad del Polo Norte: los efectos del cambio climático.
La base quedará finalmente establecida en Grise Fiord o al otro lado del Estrecho de Nares, en Siorapaluk, Qaanaaq, al noroeste de Groenlandia, tras alcalzanr el Gobierno acuerdos con Canadá y Dinamarca. Precisamente esa será la tarea: evaluar el potencial científico de la zona y decidir cuál es el pequeño municipio costero que mejor garantiza el acceso a los recursos cuando en invierno los pobladores indígenas y los científicos españoles estén aislados en los asentamientos humanos más septentrionales del mundo.
La estación, explica la Fundación Polar Española, organizadora del viaje, permitirá a los investigadores realizar el trabajo en mejores condiciones de comodidad y seguridad y abrir nuevas oportunidades científicas, tecnológicas y económicas que «permitan mejorar la percepción de España como país de talento». Para el diseño y la construcción del sitio se emplearán únicamente tecnología y materiales de nacionalidad española.
A lo largo de tres semanas, la expedición rodará además un documental que pretende acercar a la sociedad la situación actual de las áreas polares. Esta misión la lideran tres andaluces: Carmen Ampiée (Málaga), Hugo Belfiore (Sevilla) y Jesús Sotomayor (Cádiz). Cargarán con trípodes, baterías, cámaras y objetivos que difícilmente van a soportar las temperaturas veraniegas del Polo: valores negativos que oscilan entre los 10 y los 30 grados durante las 24 horas. 22 son de día y las otras 2, casi de noche. «El trabajo tiene mucha dificultad, es duro trabajar en esas condiciones, las lentes se empañan y genera contratiempos», ha apuntado hoy el jerezano.
En esta época del año los osos polares consumen energía para afrontar la parálisis invernal. El rastro les lleva a las playas heladas, donde se amontonan las focas y viven los pobladores. Un guía anuit cargado con un rifle acompañará a los españoles, que ya conocen las recomendaciones a seguir para evitar disparos: «Tendremos que guardar la comida lejos del campamento y la ropa con la que se cocina hay que lavarla antes de dormir, pues el depredador puede percibir el olor en una zona donde son frecuentes los ataques por osos», avanza Sotomayor, director del equipo técnico.
El próximo mes de enero, el equipo técnico andaluz se incorporará al proyecto San Telmo 1819-2019, que tiene como objetivo localizar los restos del navío español perdido en septiembre de 1819 al intentar doblar el desapacible Cabo de Hornos, uno de los grandes misterios de la historia naval española.
La Fundación Polar Española tiene fundamentos que permiten pensar que este buque y sus seiscientos ocupantes fueron los primeros en llegar al Polo Sur. El punto de partida de este proyecto son los testimonios de los marinos ingleses acerca de la arribada del buque San Telmo a la zona del Cabo Shirreff. «Son fiables y, por tanto, cabe localizar sus restos», ha destacado la organización científica en una noticia reciente.
El hallazgo de los restos del buque permitirá esclarecer un interrogante histórico: la arribada del San Telmo y los hombres que zarparon de Cádiz permitirán afirmar que los españoles fueron los primeros navegantes en avistar tierras antártidas. «Tenemos muchas ganas de rodar el documental del San Telmo porque es un acontecimiento histórico y misterioso al mismo tiempo, va a ser emocionante, pero el proyecto del Ártico es tan importante como el antártico. Sabemos que las condiciones serán extremas. Nada de nuestro día a día será igual que en España. En el Polo Norte comeremos a base de carne asada de foca a palo seco, sin ensalada, por supuesto, en campamentos donde no hay red eléctrica, todo funciona con generadores, ni acceso a internet. Aún así estamos muy motivados. Es algo importante y estamos muy felices por que nos hayan elegido», cuenta Jesús Sotomayor.