Cotorras de Kramer, presentes en las ciudades del río Guadalquivir. Fuente: curiosfera.com

El Guadalquivir tiene un color especial

Bicharracos ingobernables resistentes a la contaminación compiten con especies protegidas por los espacios protegidos y causan daños en infraestructuras y cultivos

La mayoría fueron mascotas exóticas de mercadillo que escaparon o liberaron: cotorra argentina, galápago de Florida, mapache americano…

El biólogo Frank Lyko y un equipo de científicos del Centro Alemán de Investigación del Cáncer han secuenciado el genoma del cangrejo de mar veteado para demostrar la extravagante mutación desarrollada por este crustáceo que no existía hace 25 años y que se expande por las aguas de Europa, recoge The New York Times en una noticia reciente. Esta rareza del acuario tiene la capacidad genética de clonarse a sí misma, lo que podría suponer una revolución industrial en la acuicultura y el final de los ecosistemas fluviales. De momento, el monstruo, que solo copia hembras, no ha estrechado las pinzas con los autóctonos andaluces pero hay otros intrusos que están acabando con la existencia de flora y fauna sensibles y endémicas de los parques naturales de los principales ríos regionales.

En la diversidad de vida fluvial se han detectado decenas de especies exóticas invasoras en los últimos diez años. Hay pequeños autóctonos como el pez fraile y polluelos de patos protegidos que acaban devorados por el black bass, una perca americana escamada en negro. Tortugas chinas y estadounidenses desplazan o se cruzan con los locales galápagos leprosos. Y no lo hacen lentamente. Patos autóctonos de la Albufera de Adra se han emparejado con serruchos nuevos y ahora crían patitos híbridos salvajes. Diligentes hormigas argentinas han registrado en propiedad galerías cercanas a la humedad del subsuelo andaluz y aterrizan cotorras y tejedores de plumaje amarillo especializados en comer huevos de otros pájaros ribereños y costeros. Además, margaritas y otras flores silvestres gaditanas no consiguen humedecer los pies en el subsuelo por la competencia feroz que plantean las invasoras uña de león y los cañaverales, así como por el descenso de la capa freática que acelera la pérdida de precipitaciones y la sobre explotación de aguas subterráneas, concluyen los análisis hidrológicos del Ministerio de Agricultura y la Junta de Andalucía.

Algunas de estas especies nuevas se han introducido artificialmente fuera de su área como consecuencia del transporte y el comercio global. Se han naturalizado, han crecido e invadido hábitats, desestabilizando la cadena trófica y aumentando el riesgo de incendios, en el caso de la flora, y de daños sobre infraestructuras y cultivos, en el caso de los invertebrados y los vertebrados de río.

El catedrático de Geografía de la Universidad de Sevilla, Leandro del Moral, miembro de la fundación andaluza Nueva Cultura del Agua, ha explicado que las nuevas poblaciones de raros son la consecuencia biológica de los desequilibrios químicos y físicos derivados de la contaminación que presentan las masas de agua dulce de Andalucía. «En la margen derecha hacia el sur del Guadalquivir, con zonas de dehesa y Sierra Morena, predomina el color azul. Digamos que las aguas corren saludables, pero la izquierda está marcada en rojo prácticamente desde la cabecera hasta la desembocadura debido al estado químico del agua, alterado, entre otras causas, por vertidos humanos y residuos agrícolas e industriales, lo que se conoce como contaminación difusa. El balance de las aguas subterráneas también es preocupante, según el diagnóstico oficial, que no es muy riguroso pero, aún así, la mayor parte están peor que bien. Los bioindicadores son las especies y no es que no haya vida en los ríos; algunas se adaptan, otras se van y otras llegan, dando como resultado un paquete de bichos macroinvertebrados resistentes a la contaminación».

Los intrusos han accedido a prácticamente todos los epígrafes del catálogo: flora, peces, crustáceos, reptiles algas, invertebrados, aves y mamíferos como el mapache americano, que se defiende con inteligencia de sus depredadores. Los responsables en medio ambiente avisan: no es fácil erradicarlos, a pesar de los millones de euros públicos invertidos en ello. «Han llegado sin sus depredadores nativos y encuentran un clima parecido a sus orígenes tropicales. Los hay que triplican el tamaño de nuestras especies autóctonas», ha resaltado Fernando Ortega, jefe del Servicio de Flora y Fauna de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural. Estos son los forasteros más difíciles de controlar que colonizan los parques fluviales andaluces.

Galápago de Florida

La vida de esta mascota de mercadillo era sosa y monótona hasta que acabó liberada y descontrolada en la reserva natural Laguna de El Portil, en Punta Umbría, Huelva. El reptil americano Trachemys scripta elegans (tortuga de Florida o de orejas rojas), transmisor de enfermedades como la salmonella, es uno de los más competitivos del catálogo de exóticos invasores, por eso no tuvo problemas en interactuar con las locales, con las que incluso se aparea. La Junta de Andalucía comenzó a perseguirlo en 2005 a diferentes profundidades y desde entonces ha capturado más de mil galápagos, entre genéticamente puros e híbridos. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos para extinguirla, la tortuga escapa. En abril comienza el ciclo reproductor y su hambre seguirá siendo voraz: peces, anfibios e incluso pollos de aves acuáticas no están a salvo. «Es más agresiva y grande que las nuestras, hasta tres veces su tamaño, lo que le otorga mayor capacidad de triunfar. Fue una de las primeras especies exóticas invasoras detectadas en aguas andaluzas», repasa Fernando Ortega.

Cangrejo Chino

Es una de las especies usurpadoras que más preocupa a los técnicos ambientales por la voracidad de su apetito. El ejemplar se ha introducido en el ecosistema fluvial andaluz a través de las aguas de lastre de los buques mercantes del comercio global. De hecho, los expertos calculan que de este modo han penetrado hasta veinte especies distintas en las aguas del río Guadalquivir. «Los barcos cargan los depósitos en Asia y sueltan en Sevilla, por ejemplo. Es un problema que existe en los países globalizados. En Estados Unidos también es exótico y han invertido muchos dólares en su erradicación». Ortega ha adelantado que, a pesar de que los trabajos para eliminar la pequeña población identificada en 2010 dieron resultados positivos, es difícil saber si ha sido erradicado. «No lo doy por descartado. El problema puede volver a surgir y ocasionar daños en los bordes de los ríos que desestabilizan las estructuras de los puentes y otras edificaciones».

Black Bass

Los primeros ejemplares de Micropterus salmoides se liberaron voluntariamente en 1955 para fomentar la pesca deportiva. La perca americana o black bass está ampliamente aclimatada a las aguas lentas de las cuencas más caudalosas y ostenta el dudoso honor de pertenecer al listado de las 100 Especies Exóticas Invasoras más dañinas del mundo. No solo por la voracidad de su instinto, que depreda sobre peces autóctonos, crustáceos locales e incluso reptiles y polluelos. También porque semejante dieta genera materia orgánica residual que asfixia al microplancton. Andalucía ha retirado toneladas de percas extrañas en humedales y balsas de alta montaña en los últimos programas de control ambiental pero no está extinguida.

Mejillón cebra

Parece tímido pero es un gran parásito del tamaño de una moneda de cinco céntimos. Se detectó en 2009 en el embalse granadino de Bermejales y su alta capacidad reproductiva junto a la ausencia de depredadores le ayudó a colonizar en 2011 el embalse de Iznájar, aguas abajo. En 2015 las vigorosas larvas ya estaban en el embalse cordobés de la Breña. Una vez en Málaga, con poblaciones activas en los embalses Conde de Guadalhorce, Guadalteba y Tajo de la Encantada, y Cádiz, presente en el embalse Zahara-Gastor, se han puesto en marcha actuaciones para luchar contra él. En su cruzada ribereña sigue dañando infraestructuras e instalaciones del agua, como centrales eléctricas, conducciones de agua potable, redes de riego, motores y tuberías.

Cotorra de Argentina y Kramer

Las poblaciones de los sociables y charlatanes loritos verdes están descontroladas. Invaden las principales ciudades ribereñas andaluzas, desplazan gorriones y destrozan ramas de árboles, artesonados de madera de las edificaciones más antiguas y aislantes de aire acondiconado. Lo hacen jugando. Y se expanden. Estos exóticos oportunistas han descubierto el cultivo andaluz y se perfilan como una «amenaza grave para la agricultura; tarde o temprano llegarán a las cosechas», avanza Ortega, quien pide a los ayuntamientos «más medios para erradicarlos». Hay otros pájaros, como la estrilda de carita naranja, la malvasía canela o el tejedor amarillo, que depredan sobre otros huevos, entran en competencia por los nidos y originan daños en cultivos.

Mapache Americano

Este mamífero ingobernable y destructivo ataca a quien pretende agredirle. Cerca de Doñana se retiraron hace unos años doce individuos y la amenaza se atajó. Pero Ortega no las tiene todas consigo: «Es un bicho inteligente que se esconde», dice. El omnívoro, también llamado zorra manglera o gato manglatero, se mueve con gran soltura por cualquier terreno: agua, tierra y ramas de los árboles, hasta donde trepa para devorar pollos autóctonos. Su ambiente natural son los bosques de Norteamérica pero también se siente cómodo en áreas urbanas, donde encuentra basura y comida para mascotas. Dado su potencial colonizador, la especie fue incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras en 2013 y prohibida la introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio. Su erradicación es difícil. Antes de la entrada en vigor de la norma, el comercio como mascota disparó los escapes y sueltas, pues se trata de un animal muy poco apropiado para convivir con el hombre. Su hábito es nocturno, muy activo y agresivo.

Jacinto y lechuga de agua

En esta especie ornamental de acuario y estanques de jardín la Junta de Andalucía ha invertido buena parte de los esfuerzos económicos. Las actuaciones ambientales no han acabado y la presencia de ambas variedades preocupa a los expertos, pues la planta goza de un crecimiento veloz. Ríos como el Guadiana agonizan por la presencia de esta planta tapiz que impide la penetración de la luz y el intercambio de gases. Pero está presente en el Guadalquivir, Odiel, Guadalete y otras masas de aguas dulce.

La tortuga de Florida fue una de las primeras exóticas en presionar el ecosistema del Guadalquivir. Fuente: pregoner.es
La tortuga de Florida fue una de las primeras exóticas en invadir el ecosistema del Guadalquivir. Fuente: pregoner.es
El mapache americano puede que no esté extinguido de los parques naturales del río Guadalquivir. Fuente: animaexoticos.com
El mapache americano puede que no esté extinguido de los parques naturales del río Guadalquivir. Fuente: animaexoticos.com
La planta ornamental lechuga de agua asfixia al Guadiana. Fuente: El Mundo.
Retirada de la planta ornamental lechuga de agua que asfixia al Guadiana. Fuente: El Mundo.

 

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