Los yegüerizos de Doñana creen que el fuego se agrandó porque «el pinar estaba sin desbrozar»
Llevan años esperando los permisos de la Junta para pastorear en el área incendiada. Asaja también critica el abandono del monte
«Los fuegos se apagan en invierno», ha razonado esta tarde Miguel Ángel Mellado, ganadero de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Marismeño, quien lamenta que el desgraciado incendio que ha arrasado más de seis mil hectáreas de monte del parque natural de Doñana «se podía haber evitado o minimizado si hubieran dejado pastar al ganado de la marisma durante el invierno, como prometieron hace años», refiriéndose a la Junta de Andalucía, gestora del ecosistema. En concreto, 14 mil hectáreas ubicadas en la zona que ha ardido en llamas durante las últimas horas.
Además, este socio del colectivo ganadero sostiene que el monte calcinado estaba sucio de ramas y piñas resecas que acabaron siendo el pasto de las llamas: «A alguien señalarán como culpable pero lo cierto es que el fuego se ha hecho grande por la deficiente gestión del pinar. Había mucho rastrojo y población de árboles. Los cortafuegos tampoco estaban claros. El fuego se alimentó por no desbrozar. Antes entraban las ovejas, las vacas y las yeguas y se mantenía más o menos controlado, pero ahora cada vez es más complicado conseguir los permisos administrativos para pastorear», ha criticado Mellado durante la «triste» marcha por Almonte (Huelva) con la que han querido protestar por la suspensión de la Saca de las Yeguas, tradición que se celebra el 26 de junio desde 1504.
Uno de los yegüerizos más conocidos de la Rocina reconoce estar «conmocionado» por los acontecimientos coincidintes: «Es un día de tristeza por nuestro entorno y por nuestras yeguas, que no están aquí». En 2016, la Junta de Andalucía introdujo un grupo de veinte burros ‘bomberos’ rescatados por un refugio para desbrozar un cortafuego del área quemada, una decisión «curiosa» para los ganaderos marismeños: «En vez de cientos de yeguas eligieron veinte burros que luego tuvieron tres crías. Les pareció muy gracioso. A nosotros no nos dejan y a los burros, sí», concluye.
La Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Huelva se sumó ayer a las críticas del colectivo ganadero sobre el estado actual del entorno de Doñana. Consternados todavía por los acontecimientos, según recoge Diario de Sevilla, los agricultores señalan que el colectivo «no va a consentir que se ponga el foco sobre el sector a la hora de buscar responsabilidades porque el problema de fondo no es otro que el absoluto abandono que padece el monte y cuya responsabilidad recae directamente en la Junta de Andalucía».
Buenas tardes. Soy Luis Manuel Bejarano Presidente de la Asociación El Burrito Feliz
Debo aclarar que nuestros burros no fueron usados por la Junta.
Hemos desbrozado la zona de pre-parque denominada Paraje Corvina de forma particular y a nuestro coste directo.
Las tres, supuestas, crías eran otros tres burros que recibimos de la Consejería de Agricultura de un embargo por malos tratos. No confundamos con datos erróneos por favor.
A día de hoy la Junta de Andalucía no nos ha prestado ningún apoyo.
Apoyamos la iniciativa de las yeguas y si leen la prensa y mi opinión sobre las personas que permiten sobrevivir a Doñana reseño de forma destacada a los ganaderos de Almonte e Hinojos a los cuales deseamos mucha suerte ofreciendo nuestro modesto apoyo para cualquier iniciativa que necesiten.
Un abrazo.
Todo el mundo que anda en el campo sabe lo que es aprobechar los recursos que nos da la tierra. Las especies domésticas como por ejemplo los équidos, pueden convivir con otros animales del medio ambiente en perfecto equilibrio, siempre que se de una buena relación entre cantidad de terreno y número de animales a introducir. Es más, deberían hacerlo para minimizar como en este caso de incendios , la masa seca que queda en el monte, así de esta forma, se aprovechan los recursos del paraje y se da un uso público y de servicio al entorno del parque y preparque de Doñana como se ha venido haciendo desde hace varios siglos. Nuestros políticos no deberían confundir estos dos principios: » cuidar un paraje, no es impedir que se toque». Muchas veces los agricultores y ganaderos de Andalucía, encuentran una gran dificultad para que la administración dé su permiso a las labores de conservacion del terreno y arbolado de sus propias propiedades