Pepe Marín, la voz de Jerez: «A mi edad el teléfono no suena para nada»
El flamencólogo malagueño, actor y locutor del espectáculo ecuestre Cómo bailan los caballos andaluces cumple 82 años
Pepe, tu voz suena como siempre. ¡Que va! Lo que uno dice a mi edad no lo escucha nadie. Mi teléfono no suena para nada; estamos fuera de la sociedad. El bioritmo ahora es distinto a cuando era más joven pero la cabeza me funciona perfectamente.
Las de cuarenta también somos leyenda. Ahora todo es megajoven, terso, casi de usar y tirar. Sí, lo sé, pero es un error. Los grupos de trabajo de las empresas deberían estar compuestos por perfiles de todas las generaciones porque todas pueden aportar. Los mayores, la experiencia y los jóvenes, los nuevos conocimientos.
El flamenco sí que tira de lo viejo para inspirarse, ¿no? Cuantitativa y cualitativamente, Jerez ha sido el semillero más importante del mundo. Es una gloria haber oído a Cernícalo, Sordera, Paquera… Hay tantos y tantos. Muchos están por los cielos pero hay gente joven abriéndose camino en otra linea menos purista y es estupendo. A finales de febrero se va a presentar un disco aquí en Jerez que el protagonista -no te adelanto más- ha contado con seis guitarristas, seis, todos jerezanos jóvenes magníficos, extraordinarios, y tres bailaoras de Jerez de rompe y rasga. Hay estudios de grabación, son pequeños, pero existen. Lo que ocurre es que cada uno hace lo suyo, no existe fusión porque el jerezano es, en cierta medida, apático y esto se traduce en un aspecto negativo para la promoción turística o de cualquier acto cultural. Existen actividades múltiples en las que debería estar más implicado pero es dificl que se involucre.
Pero nos encanta Jerez, como a Pedro Pacheco. Claro, por otro lado, estamos muy orgullosos de ser jerezanos cuando salimos de Jerez pero cuando estamos aquí no vivimos con esa intensidad, esa energía, ese entusiasmo, esa pasión. Lo dejas y se llega a la actitud de otros lo harán. El individualismo es intrínseco y no sé si tiene fácil solución.
¿Haría falta un promotor general de todo: flamenco, caballos y vino? Eso es incuestionable. Cada sector es distinto pero el carácter de los pueblos marca su devenir. Así somos.
Otros pueblos de alrededor, el gaditano, el malagueño, el sevillano o el vejeriego, están consiguiendo viralizar sus sitios, ¿somos tan diferentes? Para nada. Le pasa a muchas ciudades. De Málaga es el peine para que no peine. Es necesario una política adecuada que pondere los símbolos hasta donde tenga que ponderarlos. Málaga estaba en la sombra turística hasta que empezó a explotar el nacimiento de Pablo Ruiz Picasso, un icono universal. Era fácil empezar. Ahora tiene ocho museos abiertos al mundo. Jerez no solo tiene caballos, flamenco y vinos, tiene museos palpitantes como El Alcázar, El Tiempo, San Mateo, salas de exposiciones de arte como Arte a Diario o Pescadería Vieja. Hay contenido universal y eminentemente local pero nada es lo suficientemente impactante. No está promocionado adecuadamente.
El caballo, aunque cojea, es un símbolo que se mantiene universal gracias, en gran medida, a la labor de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, donde tu voz se hizo La Voz. Tuve la gran suerte de conectar con Álvaro Domecq Romero en los años setenta cuando estaba preparando el espectáculo Cómo bailan los caballos andaluces. Me invitó a su casa a elegir música para el espectáculo con su mujer Maribel, Luis González Metola, capellán de Los Alburejos, y Antonio Gallardo Molina, gran amigo y letrista jerezano. Nos reuníamos en horarios nocturnos, cuando cada uno había acabado sus quehaceres diarios, hasta que quedó configurado el programa musical.
De aquel repertorio resiste el Bolero de Ravel. Fue una música rompedora en el mundo del caballo. Sí, algo queda. Después entró Luis Cobos, Manolo Carrasco y Paco Cepero y se hicieron modificaciones pero el original llegó a grabarse en cassette en Radio Popular de Jerez hace 45 años. Se presentó en la ceremonia en la que estuvieron presentes los Reyes de España con motivo de la entrega del Caballo de Oro a ‘Alvarito’. A partir de ahí fuimos a donde tuviéramos que ir. Maribel se encargaba de la música y yo de la locución. La primera vez fue un espectáculo a beneficio de Cruz Roja en Sevilla; después, Puerto Banús, Extremadura, Madrid… Y cuando la cosa fue tomando cuerpo empezaron las salidas fuera de España. Las letras originales de las locuciones eran de Álvaro Domecq y Díez y con el paso del tiempo se incorporaron textos de Javier García Romero y Paco Cepero. La paternidad actual digamos que está compartida. Pero lo que significa hoy el espectáculo de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre es algo que nunca se le reconocerá lo suficiente a Álvaro Domecq Romero y a Álvaro Domecq y Díez. Y a Maribel. Esa fue la semilla. Los padres de la criatura.
También has conocido a Lola Flores. ¿Qué te sugería su voz? Hay una frase muy manida que escribió alguien en Nueva York: «No canta, no baila, no se la pierdan». Lola ha sido una figura mediática más que una gran artista del flamenco.
Para artista, ‘Beni de Cádiz’… Benito Rodríguez Rey ‘Beni de Cádiz’, Juan Ramírez Sarabia ‘Chano Lobato’, Juan Martínez Vílchez ‘Pericón de Cádiz’, Ignacio Espeleta, Mariana Cornejo… Eran surreales. Los he conocido a todos a través del flamenco. Gente muy popular que eran grandes bromistas. Diálogos para tumbarse de risa siempre con un trasfondo real. Si hubieran estado unidos en su tiempo habrían sido enormes como Les Luthiers. Ni las chirigotas o los cuartetos del Carnaval de Cádiz habrían tenido la grandeza de estos artistas juntos.
¿Hay alguna frase de cine o verso literario que te hubiera gustado pronunciar ante un micrófono? «Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero; mi juventud, veinte años en tierras de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no quiero». Retrato, de Antonio Machado.
Has sido actor en los primeros años de tu trayectoria profesional, ¿qué opinas de los escándalos de acoso sexual en el mundo del cine? Los acosadores son depredadores engendrados por su entorno. Los acosadores no nacen acosadores, son conductas adquiridas. Hay que evaluar por qué llegan a esos extremos de asesinar a la mujer y a los hijos. Es tremendo. En la última gala de los Premios Goya ha habido una reivindicación importante sobre por qué no hay más mujeres como directoras, productoras, fotógrafas… Y yo también me lo pregunto: ¿por qué no? ¿Quién lo prohíbe? Isabel Coixet está ahí. ¿Quién se lo ha impedido? Ha tenido coraje y se ha enfrentado a esa realidad. Hay varias mujeres destacando en el cine y pueden ser más. Y en otros oficios, igual. Les digo a todas: ¡láncense!
¿A quién educarías la voz? A los políticos.
¿Por qué? Te lo explico con el galimatías de Groucho Marx: «La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados». Esta es la verdad. No se puede hablar a estas alturas como Celia Villalobos, por muy paisana mía que sea.
Todo lo que he leído sobre ti es igual de solemne que tu voz. Te propongo hacer un experimento con ella. Se trata de aspirar helio antes de contestarme a la siguiente pregunta que yo también enunciaré después de aspirar helio. ¿Te animas? Venga, Pepe, hazlo. Es inofensivo, lo he visto en Youtube… ¡Claro! Venga, hazme la pregunta.