3,5 hectáreas le debe usted a España
El creador del Plan de la Bicicleta de Sevilla, Manuel Calvo, ha calculado los límites del consumo humano para reducir la huella ecológica a nivel sostenible: 190 horas de vitrocerámica, 3.107 horas de ordenador y 1.500 kilómetros anuales en un coche para 15 años
A estas alturas de 2018, usted y yo estamos entrampados con nuestro entorno, llegamos a final de mes debiéndole tres nóminas al banco ecológico, conforme al territorio productivo por habitante y año estimado por el Ministerio de Medio Ambiente en el estudio Sostenibilidad y Territorio, Análisis de la Huella Ecológica de España (2010), pues hemos aprovechado más de 5 de las 1,8 hectáreas productivas asignadas para vivir. Ante la incapacidad del medio de absorber los residuos excedentes de nuestra actividad, en particular, de digerir los gases antrópicos de efecto invernadero como el dióxido de carbono, el aire de la cúpula se calienta y ensucia. Y, con base en las leyes de la termodinámica, el agua de ríos y mares, también, lo cual puede conllevar cambios en la biodiversidad, ciclos agrícolas, clima y paisaje de alrededor. Multas millonarias caerán sobre los países que no logren el objetivo medioambiental pactado en París: reducir al 50 por ciento las emisiones actuales de CO2 antes de 2050. Este es el desglose de su factura ecológica y su asignación anual de energía para vivir y consumir riqueza mundana en modo sostenible, según los estudios señalados.
El cálculo del balance ambiental que se estudia en Economía Biofísica se extrae de la resta de la huella ecológica (conjunto de impactos que una persona ejerce sobre su entorno, contando con los recursos naturales necesarios y residuos generados para el mantenimiento del modo de vida actual) y la biocapacidad del ambiente, la superficie real disponible. El cociente resultante de la diferencia (5,3 – 1,8 = 3,5) casi triplica la superficie inevitable pese a que la masa forestal aumentó en un 50 por ciento entre 1990 y 2000. Las cuentas del análisis ministerial apuntan a que «necesitamos tres Españas para mantener el ritmo, dos de ellas sin habitantes». Aunque no todos en el territorio debemos lo mismo porque mientras que castellanos, extremeños y aragoneses (las regiones menos pobladas) están en superávit ecológico, catalanes, vascos, murcianos, madrileños y canarios, con densidades de población más altas, mantienen déficits acusados de más de cuatro hectáreas por persona.

El gasto ecológico de hoy, determina el perspicaz informe oficial, «es comprometido, está muy lejos de ser sostenible y cuestiona la desmaterialización de la sociedad española» (Alemania, Suiza, Francia y Estados Unidos también son deficitarios), pues el uso de energía destinada al consumo de artículos es un gran factor responsable del impacto ecológico, estabilizado en 5,3 hectáreas desde 2010, el año que empezó a faltar dinero en los bolsillos. La huella, deduce la investigación, ha crecido a un ritmo diario de 2,7 metros cuadrados por persona en las últimas décadas.
Concretamente, en la combustión de energía destinada a la producción, adquisición y uso de cafeteras, ordenadores, teléfonos, coches y objetos en general destinamos el 50 por ciento del presupuesto energético, que representa el 70 por ciento de la huella. El transporte, con una subida notable desde 1990, indican los datos, y nuestro espacio residencial suman el 25 por ciento del impacto, mientras que sobre el consumo agroalimentario recae el 8 por ciento, proporción en aumento por la importación de hectáreas productivas de otros países en forma de alimentos y productos del segmento. «El resultado está ocasionado fundamentalmente por la evolución ascendente de la huella ecológica debida al consumo energético, si bien también se ha hallado un incremento leve de la huella ecológica debida al consumo de productos cárnicos. En este sentido, la huella ecológica de la alimentación y madera equivale prácticamente a la biocapacidad disponible».

Las averiguaciones estatales plantean tres escenarios de futuro: «tendencial», en el que la huella ecológica evolucionará como hasta ahora, «probable», inspirado en el cumplimiento de un porcentaje relevante de objetivos establecidos en los pactos previstos de políticas públicas, y «optimista», el cual revertiría en mejoras notables en la evolución de la huella, «facilitada por un cambio en las pautas de consumo».
En un escenario energético mixto como el actual, donde el 30 por ciento de la energía que se procesa en España proviene de fuentes renovables, frente a la nuclear, ciclo combinado, gas, fuel y carbón, ¿cuánto puede consumir al año cada habitante para ser autosuficiente? El socioecólogo y creador del Plan de la Bicicleta de Sevilla, Manuel Calvo, de Estudios MC, ha entregado meses en calcular los límites del consumo humano a partir de los datos oficiales para que el balance ecológico anual sea cero.
Cuánto me puedo desplazar
El rastro ecológico de transporte es uno de los componentes que ha crecido desde la fecha estudiada por el Gobierno. Ocupa el 20 por ciento de la huella y para eliminarlo tendríamos que vincular el uso anual del vehículo a la cantidad de residuos por la combustión que la biocapacidad es capaz de digerir. Es decir, 1.500 kilómetros en coche, 6.000 horas de transporte público y 25.000 kilómetros en bicicleta. ¿Contaminaremos cuando todos los coches sean eléctricos y el cien por cien de las fuentes energéticas sean renovables? «Siempre será más costoso energéticamente desplazar un coche de tres mil kilos a dos kilómetros que a una persona de 70 kilos que hace el trayecto andando. Buena parte de los trayectos urbanos que se hacen en vehículos de combustión son distancias cortas. Caminar o circular en bicicleta es más cómodo y sano para todos. Si consumimos recursos al ritmo actual, la transición a lo ecológico no llegará nunca», razona el consultor.
Cuántas horas de tecnología
La contaminación directa o indirecta resultante del desarrollo tecnológico seguirá impactando sobre el entorno incluso usando fuentes renovables de energía mientras no se retrase la obsolescencia programada de los artículos. De modo que para limpiar el rastro Manuel Calvo limita el uso del ordenador a 3.107 horas anuales por persona. Puede llegar al doble si en el hogar hay algún miembro desinteresado en códigos binarios. «Empresas del tamaño de Apple ganarán dinero en otros escenarios, fabricarán servicios y no aparatos contaminantes por la demanda de recursos naturales que requiere fabricarlos. Pero para ello se tienen que crear las normas administrativas necesarias que obliguen a las compañías a garantizar productos duraderos», analiza Calvo. 31.073 horas es su saldo en bombillas de ahorro.
Cuántas horas puedo cocinar
Debe saber, dada la situación, que la asignación individual y anual para hacer paellas, asar lomo o cuajar tortillas sin necesidad de hipotecar el salario ecológico o el de los nietos es de 190 horas de placa vitrocerámica y de 760 horas si la cocina trabaja con fogón de gas. Mejor, por tanto, vivir agrupados que en estudios unipersonales. «Es más sostenible un edifico de apartamentos con diez lavadoras para todos los vecinos que ese mismo edificio con cuarenta máquinas, una por vecino».
Cuántos bienes puedo consumir
Teniendo en cuenta el zarpazo energético que supone el acto de comprar el técnico sevillano cree que el único consumo ecológico es el que no se hace. «Pero no se trata de volver a la época de las cavernas, es una cuestión de aplicar el sentido común. Se trata de hacer un consumo responsable, de tener en cuenta los datos de huella ecológica en los procesos de fabricación, haciendo productos mejores porque tecnológicamente está demostrado que se pueden hacer. Ese futuro es más feliz y más sano». Según nuestra biocapacidad, este es el presupuesto ambiental para sus cosas: 972 kilos de cemento, 647 kilos de papel, 32 kilos de material electrónico (móvil, ordenador, lavadora, televisor, frigorífico…) y 97 kilos de material de transporte, partida que alcanza para varias bicis al año o un turismo cada quince.