Francisco, párroco del Rocío: «En todos sitios se bebe y se pasan calamidades»
El párroco del Rocío evita hablar de maltrato animal. Un centenar de animales han muerto durante la romería en la última década, según el Pacma
El párroco del Santuario del Rocío (Almonte, Huelva), Francisco Jesús Martín, se ha alejado de un tema controvertido, la cara oculta de la romería andaluza en la que han muerto más de cien animales -la mayoría caballos- en los últimos diez años por maltrato animal, según el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (Pacma), un delito que se paga con multas de entre 501 y 2.000 euros: «Yo en ese tema no entro. Me gustan los animales y me molesta que no se cuiden, claro, pero no voy a decir nada», ha dicho esta mañana para este medio.
El calor, la falta de cuidados y el agotamiento de recorrer en romería más de sesenta kilómetros hacen que los animales caigan desfallecidos en el camino de una de las peregrinaciones de mayor dimensión del calendario religioso mundial y ofrezcan imágenes dantescas de contenedores llenos de carne muerta, potrancos incluidos. Un caballo, buey o burro que no está entrenado para el desafío mariano puede fallecer de forma angustiosa y sin mostrar síntomas previos como consecuencia de la falta de agua, descanso o el exceso de calor, situaciones que pueden desencadenar un cólico, el dolor agudo y espasmódico desde el estómago hasta las últimas regiones intestinales.
En general, los veinte mil caballos y yeguas que participan cada año en la peregrinación religiosa, según datos de El Refugio del Burrito, son montados por jinetes responsables que conocen las limitaciones de unos animales que, aunque parecen poderosos, necesitan cuidados específicos para su bienestar. «Entiendo que todo el mundo se tendría que controlar y lo único que puedo decirles a todos los que alquilan o contratan caballos para venir al Rocío es que los cuiden», palabra de capellán.
El consumo de alcohol mientras se cabalga es un hábito que puede llevar a perder el control sobre el caballo en las largas caminatas. Sin embargo, para el párroco de la ermita del Rocío, esto no es extraordinario: «En todos sitios se bebe y se pasan calamidades», ha comentado el sacerdote. La Iglesia, que cuenta con un largo listado de santos defensores de los animales, como Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Isidro Labrador o San Roque, entre otros, entiende en este caso que las desgracias que amenazan a las bestias antes de morir no se evitan prohibiendo el alquiler de caballos o mulas porque «los propietarios de esos animales viven de ese negocio y estoy seguro que los quieren y los cuidan».
En una entrevista publicada en mayo de 2016 por el diario Huelva Información, el párroco, que se considera un «profundo devoto de la Virgen», aseguraba que «nada te quita el sueño cuando te pones en manos de Dios». Tampoco las reiteradas denuncias medioambientales de muertes por maltrato animal que se suceden en la romería que organiza la hermandad que preside.

El camino del Rocío se puede recorrer a pie, a caballo o en carreta y reúne cada lunes de Pentecostés a una inmensa multitud de devotos que espera a la entrada de la ermita para saltar la reja y sacar a la Virgen del Rocío en procesión por las calles del pueblo almonteño. Durante el sábado y el domingo, con la totalidad de las hermandades congregadas alrededor de la hermandad matriz, los romeros siguen paseando andando o montando por el municipio hasta la madrugada del lunes. Ese mismo día por la tarde los romeros inician el camino de vuelta a casa, de idéntico trayecto.
Qué lamentable el cura Francisco, «Yo en este tema no entro, no voy a decir nada». Cada uno se retrata con sus palabras y sus silencios. Muchos santos y padres de la Iglesia han condenado a lo largo de la Historia el maltrato a los animales. Pero él no entra…