El artista colombiano César Figueroa acabando un retrato equino durante la exposición celebrada estos días en la galería mexicana Baga 06.

El taichí de César Figueroa es un duelo con el arte ecuestre

Action painting, la técnica del artista colombiano César Figueroa para dibujar caballos, es lo más flipante que vas a ver hoy

Como si de un combate marcial se tratara, de este modo se plantea el arte el colombiano César Figueroa, quien necesita un mural en blanco, acrílicos, brochas, música y meditación para plasmar cualquier trazo del dibujo. En apenas unos minutos, el cuerpo a cuerpo ha acabado y el duelo lo ganan ambos: el artista y el lienzo, que son aclamados por el público.

Figueroa, de 42 años, ha buscado en esta original expresión artística el modo de romper con la rutina de las técnicas tradicionales, un método más espontáneo que «permite desaburrirse de pintar tan clásicamente y estar solo en cualquier lugar y en cualquier momento, así estuviera rodeado de gente», ha argumentado el artista durante su última exposición, celebrada estos días en la galería mexicana Baga 06 con la participación de otros ocho artistas bajo una misma temática: Equus.

En la muestra, los retratos equinos fulguraron en diversos lenguajes pictóricos y técnicas como la pintura, dibujo, heliograbado y escultura, donde el caballo, un ser a veces imaginado mitológico, se representó como protagonista de fiestas, carreras y batallas en este homenaje de ‘jinetes’ que «dominan desde la nobleza y la belleza hasta la fuerza y la potencia que los caracteriza».

De entre todos, el género pictórico de Figueroa, formado desde la adolescencia en diversas artes marciales, teatro e interpretación, fue de lo más asombroso de la colección. Action painting (Pintura de acción), surgido en el siglo XX, es un movimiento artístico de la pintura no figurativa que consiste en pintar sin un guión predefinido y en el que el principal elemento es la acción. Inspirado en pioneros de la corriente como el estadounidense Jackson Pollock (1912-1956), que, a diferencia del colombiano, se expresaba en la intimidad de su taller, Figueroa también ha bebido de la corriente artística contemporánea a la que llama momentum: «El acto del vacío, conglomerar la energía de un momento y llevarla a una pintura a través de la concentración, la meditación y la elasticidad, lo que me permite tener un momento de soledad y de presencia eterna en unos pequeños instantes en el lienzo sobre el que invocar caballos, toros y otros seres orgánicos e inorgánicos».

 

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